Como habíamos previsto, tuvimos la vídeo-forum en Tartessos el pasado viernes día 14. La película era "La doctrina del shock", sobre un libro de la periodista canadiense Naomi Klein.
Introdujo brevemente la película la compañera Susana haciendo alusión al libro y a la periodista sobre los que se ha basado el film.
"El libro sostiene que las políticas económicas del Premio Nobel Milton Friedman y de la Escuela de Economía de Chicago han alcanzado importancia en países con modelos de libre mercado no porque fuesen populares, sino a través de impactos en la psicología social a partir de desastres o contingencias, provocando que, ante la conmoción y confusión, se puedan hacer reformas impopulares.
Se supone que algunas de estas perturbaciones, como la Guerra de las Malvinas , el 11 de Septiembre, el Tsunami de 2004 en Indonesia, o la crisis del huracán Katrina pudieron haber sido aprovechadas con la intención de forzar la aprobación de una serie de reformas." (Wikipedia).
Esta doctrina empieza a comienzos de la década de los 50 en Canadá por el psiquiatra Cameron que aplicó a pacientes terapias de shock que pretendían anular su personalidad y empezar de cero con una nueva conciencia.
Lo aplica Friedman al terreno económico con motivo de desastres naturales en su escuela de Chicago.
En Chile, con motivo del golpe de estado de Pinochet lo lleva a la práctica. Luego, la Margaret Teacher lo aplicará con motivo de la guerra de las Malvinas. También se aplicará esta teoría en Polonia, Rusia, Sudáfrica en EEUU con Reagan.Reagan y Teacher hacen un bloque para exportar sus teorías a nuevos países como Rusia (Yeltsin). También se aplica en Irak en 2003 y actualmente lo estamos viendo en nuevos países: Portugal, Grecia, España....
¿Consecuencias de esta doctrina del shock? Grupos reducidos se enriquecen mientras que la mayoría de la población se empobrece, se pierden sus infraestructuras públicas, aumenta el desempleo y la pobreza....
El FMI y el Banco Central Europeo fomenta estas prácticas.
Pero no pocos países en Latinoamérica, también Islandia, no hace caso a estas teorías económicas, "pasan" del FMI y de los organismos financieros internacionales y aplican sus propias recetas.
Como dice Noemí Kleim al final de la película, ante este acoso de los organismos internacionales y de los gobiernos que les siguen, sólo cabe salir a las calles y plantarles cara.
Hubo un animado debate en el que se insistía en la dificultad que tenemos para conseguir que la gente se movilice. Se apuntó que teníamos que ir donde está la gente. Volver a métodos de la clandestinidad con panfletos e información allá donde está la gente para que se movilicen y buscar sus puntos de interés.
Yo no había leído el libro ni había visto la película, pero me impactó la claridad y contundencia de su mensaje.
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