El Gobierno ha decidido volver a colocar cuchillas entre las vallas que separan Melilla de Marruecos. Una decisión que tomó Zapatero en 2.006 y que suprimió un año más tarde, al comprobarse que esas cuchillas producían heridas graves en manos, piernas y cabeza a quienes, desesperados, intentaban saltarlas para llegar a Melilla.
Hoy este gobierno vuelve a ponerlas. Quiere convertir las vallas en instrumentos para la crueldad, el aumento de heridos y en sangre derramada. Son unas vallas asesinas, como ya ha quedado demostrado en el corto espacio de tiempo que se pusieron.
No sé hasta dónde vamos a llegar en la represión a los inmigrantes. Nunca pensé que se pudiera volver a poner en marcha unas medidas tan crueles. La verdad que la capacidad de asombro es cada vez mayor ante medidas de este calibre.
Hoy escuchaba en la Cadena Ser a uno de esos inmigrantes- médico él- que, en el tiempo que estuvieron colocadas aquellas cuchillas , curó a muchos inmigrantes heridos.
Era un testimonio sobrecogedor de quien había vivido en directo, en primera línea, la crueldad de aquellas cuchillas asesinas. Además, para fortalecer la represión, se refuerza la vigilancia con un segundo helicóptero, mientras al primero se le dota de una cámara térmica y un potente foco que barre de noche la frontera con Marruecos. Y existen dos módulos de intervención rápida para reprimir los asaltos a las vallas.
Y es que las políticas europeas y la De España en concreto, son unas medidas represivas al máximo contra quienes desesperadamente buscan llegar a Europa huyendo del hambre, la miseria, las enfermedades y las guerras.
No son las políticas represivas las que deben imperar, sino las de la cooperación y el desarrollo de esos pueblos para que puedan llevar una vida ma´s digna que no les tenga que llevar a huir de sus países.
Ningún ser humano es ilegal. ¡NO, A LAS VALLAS ASESINAS DE MELILLA!
Mientras, también en Ceuta se endurecen las medias represivas con la construcción de un nuevo pantalán que impida llegar a nado a los inmigrantes.
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