sábado, 12 de marzo de 2011

LA JMJ (JORNADA MUNDIAL DE LA JUVENTUD): UN ACONTECIMIENTO ANTIEVANGÉLICO. Juan Cejudo, miembro de MOCEOP y de Comunidades Cristianas Populares

























El título puede parecer fuerte, pero no lo es.

Lo primero que hizo el Cardenal Arzobispo de Madrid fue buscar financiación para los cuantiosísimos gastos ( 40-50 millones de euros) que se calculan son necesarios para costear la visita del papa, el "sucesor de Cristo".










Para ello Monseñor Rouco creó el patronato Madrid Vivo en el que figuran los máximos responsables de las principales empresas españolas que componen el Ibex-35.

Entre ellos están: Iñigo Oriol, ex presidente de Iberdrola –que ejerce como presidente de la fundación-; Gerardo Díaz Ferrán, presidente de la CEOE; Emilio Botín, del Banco Santander; Rodolfo Martín Villa, presidente del Consejo de Administración de Sogecable y de la Fundación Endesa, Catalina Luca de Tena, editora de ABC; Juan Abelló, presidente de Torreal; Arturo Fernández, presidente de CEIM; Isabel Estapé, miembro del consejo de Administración de Criteria Caixa Corp.; el ex ministro de Asuntos Exteriores Marcelino Oreja; Antonio Fernández Galiano, consejero delegado de Unedisa; Felipe Benjumea, presidente de Abengoa; Isidro Fainé, presidente de La Caixa; Francisco Pérez González, consejero de Sogecable y Santiago de Ybarra, de Vocento.

Antonio María Rouco Varela, por su parte, ejerce la presidencia honorífica.


De todos modos, la web oficial de las Jornadas solo recoge, de momento, como patrocinadores oficiales a El Corte Inglés, Telefónica, Santander y Cremades & Calvo Sotelo abogados, mientras que en el apartado de “amigos” incluye “MADrid about you” y a OHL. (Ver "El confidencial)

Creo que la moral más tradicional dice que "el fin no justifica los medios". Por bueno que pueda parecerles a los obispos españoles que el papa venga a España, si los medios que se utilizan son antievangélicos, la visita no se puede justificar bajo ningún concepto.

A veces uno llega a pensar que nuestros obispos se olvidan de la referencia al Evangelio de Jesús. Y no es que pretenda darles lecciones de nada. Pero sí recordarles que Jesús era pobre. Nació pobre. Sus amigos eran pobres: pescadores y gente sencilla del pueblo, aunque su mensaje estaba abierto a todos los que quisieran seguirlo.

Él mandó a sus discípulos a evangelizar y "les ordenó que no llevaran nada para el camino fuera de un bastón: ni pan, ni alforja, ni dinero; que fueran con calzado corriente y con un solo manto". (Mc 6, 8-10)

El diría: "Bienaventurados los pobres". Jesús nunca se apoyó en la fuerza del dinero para evangelizar. Él vivía como uno más. Se desplazaba de un sitio a otro con los mismos medios que los demás.









Una visita del representante de ese Cristo hoy en el Mundo, que necesita que las autoridades le protejan en su seguridad y otras cuestiones y que necesita el apoyo económico de los empresarios más poderosos del país, no me parece a mí que tenga nada de evangélico.

Ni siquiera esa tienda on-line donde se puede adquirir todo tipo de recuerdos ·"desde camisetas, gorras, fundas para portátiles, ratones de ordenador, llaveros o un libro con historias de aquellos que han vivido una de las 25 JMJ ya celebradas. Hasta un total de 40 productos oficiales que se irán añadiendo en los próximos meses; desde 1 a 30 euros." me parece una buena idea. Porque sigue estando presente la imagen "comercial" y de afán "recaudatorio", necesaria para cubrir tantos gastos para ese tipo de visita tan costosa.

Más cuando nadie podrá entender este derroche de dinero en unos momentos en que millones de familias están en el paro por la crisis económica, sufren desahucios de sus viviendas o tienen que buscar ayuda en organizaciones sociales para poder comer cada día ellos y sus hijos. Muchas de esas familias hoy tan necesitadas, han sufrido el despido por parte de esos mismos empresarios que hoy financian la visita del papa.

Además de ésto, podemos preguntarnos si esta visita va a servir para algo después de esta pésima imagen que la Iglesia española va a dar ante la sociedad y ante muchísimos cristianos, que con toda razón van a criticarla.

Como muy bien han apuntado desde el Foro de curas de Madrid, este tipo de actos son muy superficiales, fuegos de artificios que duran unos días y luego todo se apaga y se difumina.

Son unos actos pensados no para atraer a la mayoría de la juventud ( ausente de nuestras iglesias, como se constata en todas las encuestas y estudios sociológicos que se han hecho), sino sólo a un sector de ella: los que están bajo la influencia de grupos eclesiales de signo muy conservador : kikos, opus, legionarios de Cristo etc...

Además el papa vendrá a España en su calidad de Jefe de Estado del Vaticano y se supone será recibido por el Rey y el Jefe del Gobierno de España, aumentando así la confusión de mezcolanza entre poder religioso-poder político, tan lejos de las enseñanzas y ejemplo de Jesús de Nazareth que no se apoyó en ningún poder político ni religioso. Al revés: fue juzgado y condenado por las autoridades políticas y religiosas de su tiempo, sometido a tortura y ajusticiado como un malhechor o bandido.
No estoy en contra de que el papa pueda visitar las iglesias locales si eso se hace de modo sencillo y sin ese alarde de gastos y apoyo político.

Estoy en contra por lo que he expuesto anteriormente. Y me parece que nuestros obispos debieran tener claro principios básicos:

Son los pobres lugar preferente de la presencia de Dios en el Mundo. Ellos nos reclaman justicia y nos interpelan pidiendo denuncia de su situación y hechos concretos de nuestra Sociedad para solucionar sus problemas. El papa debiera acercarse en sus visitas a ese mundo que sufre marginación y escucharles de cerca.

No se debe poner la fuerza en acontecimientos que son fuegos de artificio, sino ahondar en las causas de la lejanía de la juventud de la Iglesia y actuar en consecuencia con valentía, buscando la participación de la misma juventud en el diagnóstico del problema y la búsqueda de caminos nuevos que faciliten su acercamiento.

Hay que saber renunciar al poder, a la riqueza, al prestigio, al enrocamiento de posiciones numantinas en tantos aspectos de la realidad eclesial para de verdad itnentar ganar la confianza de la mayoría de la juventud...

El papa debiera también renunciar a su condición de jefe de Estado y viajar con mayor sencillez de medios, sin tanto aparatosidad que escandaliza y nos aleja a todos.

Por eso me parece tan desafortunadas y antievangélicas este tipo de visitas.

3 comentarios:

Isabel C dijo...

"Hay que saber renunciar al poder, a la riqueza, al prestigio, al enrocamiento de posiciones..."

"El papa debiera también renunciar a su condición de jefe de Estado y viajar con mayor sencillez de medios, sin tanto aparatosidad que escandaliza..."

Juan ¡Qué cosas dices! Eres un soñador.

" Acontecimiento antievangélico"
(te falta añadir, "de acuerdo con sus miembros"), porque...,
¿cómo es esta gente?

¿Te parecen evangélicos?
Si es así, eres de los que juzgan por lo que dicen, en lugar de juzgar por lo que hacen.

ayporquenosoycomodonquijote dijo...

Yo a usted -a ti, me permitirás el tuteo, creo que, si respetuoso, más fiel al proyecto igualitario y fraterno de Jesús de Nazaret-, no lo conozco, pero créame si le digo que sospecho que mucha gente, de dentro y de fuera de la Iglesia católica, estaría de acuerdo con lo planteado en el artículo de marras. Pienso o sostengo que sobre todo gente de "fuera de la Iglesia".


Pero hay una especie de "tácito miedo" en mucha gente, también sospecho, a la hora de poner en solfa estructuras y prácticas católicas como la de que en efecto el Papa deba seguir siendo Jefe de Estado. Me temo que no pocas personas temerán pecar de desafectos hacia la Iglesia y el Papa si cuestionan particulares como el que acabo de apuntar. De insuflar ese miedo en el cuerpo, mejor, en las conciencias, se encargan los obispos y los nuevos movimientos eclesiales, también llamados "neocons". Que son, empero, todo hay que reconocerlo, los que más crecen en la Iglesia católica, la verdad, puesto que los grupos católicos "progresistas", por diversas razones que no viene a cuento ahora exponer, no crecen, más bien decrecen.

Por lo demás, no veo solución; mejor dicho, si la veo: o se entra por el aro de aceptar el modelo de Iglesia que preconizan el Papa y los obispos en comunión con él y ulteriormente todo el resto del Pueblo de Dios, o el peligro de convertirse en gueto, en secta, está servido. El peligro de desgajarse del tronco común,cuya garantía o garante de unidad es el sucesor de Pedro.

Por otra parte, ni un ápice dudo de la buena voluntad de Benedicto XVI, de su sapiencia teológica, de su santidad de vida; pero ya ven: coincido contigo, Juan Cejudo, sigo coincidiendo, sin pertenecer yo mismo a ninguna comunidad cristiana de base, con ese tipo de reivindicaciones que se formulan desde esa forma más fraterna, igualitaria y desclericalizada de entender la Iglesia católica.

Sólo que permíteme: le veo un futuro muy negro al progresismo católico, a la disidencia interna en el seno de la Iglesia. No hay más que tomar conciencia del desprecio, inquisitorial y rallano en lo patológico, que hacia el catolicismo progresista espetan desde algunas plataformas informativas de la derecha católica. Insisto: yo mismo no me considero católico progresista al uso, de manera que a veces discrepo de los postulados del progresismo católico; sólo que trato de hacerlo sin insultar, y sobre todo, trato de hacerlo tratando de ver "lo bueno" que contienen algunas críticas a la Iglesia católica.

En fin, lo dicho: muy negro futuro le veo al progresismo católico; casi como si tuviera los días contados... Los grupos eclesiales que avanzan -y que además más se multiplican, porque la verdad es que las mujeres del Opus, de los Kikos y del Regnum Christi tienen por lo general muchos más hijos que las católicas progresistas-, son neoconservadores, son la derecha católica, son los nostálgicos de la misa tridentina, etcétera.

Salud, paz y bien.

caminante dijo...

No se trata del número de seguidores, se trata del Evangelio de Jesús de Nazaret.
Salud y bien para los de la Iglesia con poder, exibición y dinero y para todos, sobre todo para los pobres frutos del poder, del ddinero y de la fama de los ricos de este mundo. ¡Y cuidado con las tres tentaciones! Con todo mi respeto. Miguel Esquirol