lunes, 29 de octubre de 2018

¿MEDALLA DE ORO PARA LA VIRGEN? Juan Cejudo, miembro de MOCEOP y de Comunidades Cristianas Populares


Se ha formado mucho revuelo estos días en Cádiz porque Europa Laica ha denunciado en los juzgados la concesión de la medalla de oro a la Virgen del Rosario, avalada por la firma, en su día, de más de 6000 gaditanos.

Antes de nada, todos mis respetos más sinceros para esas personas que de buena fe han firmado esa petición.

No quiero entrar en la cuestión judicial de fondo. No es esa mi intención. Ya  el juez dictará sentencia dentro de pocos días. Veremos.

Sólo quiero hacer una reflexión desde el punto de vista evangélico de la figura de María, madre de Jesús de Nazareth.

Ya en la Anunciación diría: "Derribó a los potentados de sus tronos y ensalzó a los humildes. Llenó de bienes a los hambrientos y a los ricos los despidió con las manos vacías" (Lc. 1, 52-53)

Ella era una mujer sencilla del pueblo, como su hijo Jesús. Ella seguía a Jesús. El mensaje de Jesús era clarísimo: Le dice a sus apóstoles: No lleven nada para el camino, ni bastón, ni bolsa, ni pan, ni plata y tengan un sólo vestido (Lc. 8-9) 
Y: "No lleven ni oro ni plata, ni monedas de cobre, ni provisiones para el viaje, ni bastón; solamente la ropa y el calzado que llevan puesto..." (Mt. 10. 9-10)

Jesús nació pobre, sus amigos eran pobres, murió en una cruz sin nada...."Bienaventurados los pobres"....

Nada más lejos de Él y de su madre María, el oro, la plata, las riquezas, las distinciones, los honores...

¿Qué sentido puede tener, con el Evangelio en las manos, justificar la riqueza, el oro, la plata, el lujo, las medallas para santos y vírgenes?


Para mí es totalmente antievangélico y un sinsentido.

Ya sé-soy muy consciente-que para muchos católicos más tradicionales, este punto de vista no lo comparten. Siguen las costumbres y tradiciones , quizá de siglos, como criterio para justificar lo injustificable. El criterio, para esas personas, no es lo que marca muy claramente el evangelio, sino son otras cuestiones distintas.

Por eso, para mí, no tiene ningún sentido el oro, la plata, las medallas de oro, para vírgenes y santos ni los bastones de mando para los cristos.

Y tampoco entiendo que un Ayuntamiento, por razones de populismo o por apoyar una petición de 6000 ciudadanos haya cedido  a esa concesión.

A ver si hacen lo mismo con las miles de firmas que algunos ciudadanos presentamos en su día contra la privatización de la Residencia del mayor Micaela Aramburu o contra el derribo de la Residencia de Tiempo Libre.

2 comentarios:

Juan Hernández Jover dijo...

Amigo Cejudo: Estoy completamente de acuerdo con tu versión.En el Monasterio de Guadalupe ya di mi opinión al respecto cuando el fraile encargado de "presentarnos a la Virgen" nos invitó a que le diésemos una sugerencia.Yo contesté lo mismo que tu has dicho,que una mujer sencilla de Nazaret no esperaba que se le "honrase" con tanto lujo de mantos y joyas.Entonces el fraile me contestó si no era justo y saludable que un hijo regalase lo mejor que creía para su madre: una joya.Yo le contesté que una madre lo que más le puede agradecer a su hijo es el ser tratada en su vejez ( no sólo en toda su vida) como se merece por un hijo al que ella le ha mostrado todos los cuidados y amor que una madre deposita en los hijos a través de toda su vida...Entonces el fraile dió como un "respingo" y cambió de tema al momento.

Juan Cejudo dijo...

Ya veo, amigo Juan, que el fraile dio un respingo con tu comentario. Él iba por otro lado muy distinto a los valores del Evangelio...Así está la Iglesia: irreconocible..Un gran abrazo