Son datos estremecedores, terribles. No podemos mirar para otro lado como si no nos afectara lo que allí está pasando.
Según Caritas, hasta 15 millones de personas están afectadas por la crisis humanitaria que se vive en aquella región africana. Los países más afectados: Etiopía, Kenia, Somalia, Uganda, Yibuti y algunas zonas de Tanzania, Uganda y el recien estrenado país Sur Sudán.
Pura calderilla insignificante si la comparamos con los miles y miles de millones que los estados buscaron en 48 horas para ayudar a los grandes bancos causantes del desastre económico para que no se vinieran abajo y quebraran...
Y lo peor es que la ayuda humanitaria, escasa y tardía, que la ONU ha aprobado enviar, está demorándose demasiado por problemas burocráticos y de todo tipo.
¿Los perjudicados? Como siempre: el pueblo sencillo. Jóvenes, niños, ancianos, enfermos, mujeres y hombres que a duras penas tienen fuerzas para poder emigrar huyendo del hambre.
Existe un riesgo muy evidente de que miles y miles (¿centenares de miles?) de africanos puedan morir en las próximas fechas.
La maquinaria internacional para ayudar en estos casos es demasiado lenta. Mientras, la gente estará muriendo de hambre.
Y aquí, destruyendo alimentos por el problema de los bajos precios y gastando millones y millones de euros para poder adelgazar y en clínicas de cirugía estética, por poner sólo algunos ejemplos de los muchísimos que podríamos poner.
Un mundo así, no tiene ningún sentido. Es necesario unirse a quienes luchan hoy por otro Mundo más justo e igualitario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario