Este año, por motivos del Covid-19, las visitas guiadas a la Exposición han sido en grupos de sólo 15 personas, previa inscripción.
José Antonio Aparicio nos fue explicando, como otros años, la exposición, con todo lujo de detalles, aunque ya nos anunció que, a partir de ahora, unas chicas serán las encargadas de hacerlo dos veces por semana. Una muy buena noticia, que ayudará aún más, a la difusión que se está logrando dar en estos últimos años a este trágico suceso que marcó para siempre la vida de tantas familias como la mía y de la ciudad de Cádiz.
Otros años he comentado con detalle todo lo referente a este interesante Museo. Quien desee recordarlo puede hacerlo aquí: http://juancejudo.blogspot.com/2019/08/asisti-los-actos-de-conmemoracion-del.html.
Este año quiero fijarme más bien en algunas novedades que hay en esta importante exposición.
Me llama especialmente la atención un maniquí vestido con el uniforme que llevaban las enfermeras de Salus Infirmorum y un documento de la responsable nacional de dicho organismo, que ponía a disposición de la ciudad a todas las enfermeras.
También importante novedad el informe del Comandante Bescós, donde relata en 1944 que era muy urgente trasladar todo el almacén de minas y cargas de profundidad, que estaban en la base de lanchas rápidas (donde trabajaba mi padre) y llevarlas a un lugar seguro.
Incluso él mismo sugirió un lugar apropiado para ello en el Berrueco, entre Chiclana y Medina, pero no le hicieron caso. En ese documento está la prueba firme y fehaciente de la responsabilidad de la Marina y subsidiaramente del Estado, en la tragedia que asoló a Cádiz el 18 de agosto de 1.947.
Las 150 víctimas no murieron: las mataron. Allí quedan expuestas en la exposición las fotos de muchas de las víctimas: los trabajadores de Astilleros, los niños de la Casa Cuna y algunas religiosas y trabajadoras, los trabajadores de la Base de Lanchas rápidas, los rostros de familias que vivían en la calle Tolosa Latour y que murieron al instante por la fuerza de la onda expansiva...
Otra novedad interesante son las copias de las 5 letras de carnaval cantadas en diferentes años por diferentes agrupaciones.
Como siempre, especialmente emocionante para mí, cuando José A. Aparicio explicaba foto por foto las circunstancias de la muerte de muchas de las víctimas, entre ellas la de mi padre y su compañero de trabajo.
Interesante como siempre, escuchar estas explicaciones detalladas de este Museo, cuyo lugar definitivo debe estar en las actuales dependencias de la Marina en S. Severiano, con un gran Mausoleo, amplio y digno, donde estén escritos los nombres y apellidos de las 150 víctimas de la Explosión. Es lo mínimo que la Marina debería hacer por Cádiz.
El 18 de Agosto es una fecha para reivindicar, no para lamentar, como ya dije hace unos días en este mismo blog y que se puede recordar aquí: http://juancejudo.blogspot.com/2020/08/18-de-agosto-explosion-de-cadiz-una.html
Instituciones como Ayuntamiento, Diputación y Junta de Andalucía deberían aunar esfuerzos para reivindicar lo que Cádiz y las víctimas en justicia se merecen
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