Cuando uno escucha cómo se quejan muchos sacerdotes de sus obispos porque no los atienden, porque no los valoran, porque habla mal de ellos.... Cuando muchos sacerdotes comentan cómo sólo atiende a sus preferidos, al grupo que lo adula, pero que a la gran mayoría los margina y que existe un gran malestar entre ellos, aunque permanecen callados por temor a represalias, uno no puede menos que tener en cuenta lo que recientemente ha dicho el papa Francisco a los obispos italianos en la inauguración de la 73 Asamblea General de la Conferencia Episcopal italiana...
Un problema que sin duda refleja muy bien que este problema de mala o pésima relación entre obispos y sacerdotes es bastante generalizado en muchas partes del Mundo.
También en Cádiz he podido comprobar este malestar en algunos sacerdotes con los que he hablado y también en otros muchos a través de relatos de otros compañeros...
Aquí un breve resumen de las palabras de Francisco a los obispos italianos...
Ojalá nuestros obispos tomaran buena nota y rectifiquen.
“Los
obispos tenemos un deber de presencia y cercanía con el pueblo
cristiano, pero en particular con nuestros sacerdotes, sin
discriminación y sin preferencias ni preferencias. Un verdadero pastor
vive en medio de su rebaño y sus presbíteros, y sabe escuchar y dar la
bienvenida a todos sin prejuicios”.
Además el Papa les pidió que no
deben caer en la tentación de acercarse solo a los sacerdotes
simpatizantes o aduladores y evitar a quienes, según el obispo, son
impopulares y abiertos; “entregar todas las responsabilidades a los
sacerdotes o escaladores disponibles y desalentar a los sacerdotes
introvertidos o leves o tímidos, o incluso a los sacerdotes
problemáticos.
Siendo el padre de todos sus sacerdotes; interesarse y
buscar a todos; visitar todos siempre sabiendo cómo encontrar tiempo
para escuchar cuando alguien lo pide o lo necesita; para que todos se
sientan valorados y animados por "su" obispo”...../ ¡Se requiere ser obispo-padre / obispo-hermano!"
1 comentario:
Poco se puede comentar, solo asumirlo y cumplirlo y decir AMÉN con todo el corazón.
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