jueves, 18 de abril de 2019

MIS REFLEXIONES DE VIERNES SANTO 2019. Juan Cejudo, miembro de MOCEOP y de Comunidades Cristianas Populares



He leído despacio la lectura del Evangelio de hoy: la pasión según San Juan.

Me llama mucho la atención cómo es el poder religioso (los sumos sacerdotes) los que se imponen para que el poder político (Pilato) condene a muerte a Jesús.

Ya Caifas, Sumo Sacerdote había dicho "Conviene que muera un hombre por el bien de todo el pueblo". Y es que para ellos Jesús era un revolucionario que se enfrentaba a  las costumbres y prácticas de la religión judía: comía con pecadores y cobradores de impuestos y lo criticaban. Sus discípulos no ayunaban como los seguidores de Juan el Bautista y los fariseos. 

Rompía las leyes judías que prohibían trabajar en sábado. Sus discípulos desgranan las espigas para comer en sábado "porque el sábado está hecho para el hombre y no el hombre para el sábado". Sus discípulos no se lavan las manos antes de comer según mandaban las leyes judías porque decían que entonces los alimentos eran impuros y Jesús dice que lo impuro son otras cosas que hacen daño a las personas.

Y sobre todo, como veíamos el Domingo de Ramos (http://juancejudo.blogspot.com/2019/04/domingo-de-ramos-juan-cejudo-miembro-de.html) no le perdonarían nunca los 
Sumos Sacerdotes que Jesús entrara en el Templo y volcara las mesas de los cambistas y de los vendedores de animales: "Buscaban como matarle". Esa fue  la gota que colmó el vaso . Jesús había atacado el centro neurálgico del poder religioso y económico que era el Templo de Jerusalén.

Pilato (poder político) repetidas veces intenta dejar libre a Jesús, pero son los sumos sacerdotes (poder religioso) quien presiona al poder político para crucificar a Jesús. Al final, el poder político cede  a las presiones del poder religioso ante el temor de que el problema llegue a Roma ( "Si sueltas a ese, no eres amigo del César") y lo manda azotar, ponerle una corona de espinas para terminar  cargándole con una cruz y luego crucificarlo. Los políticos desde siempre saben  entenderse con el poder religioso para mantener su puesto. Nunca se enfrentan abiertamente.

Y es que Jesús era un subversivo. Su muerte no es mas que una consecuencia de su estilo de vida, siempre en defensa de los más pobres, juntándose con las masas de empobrecidos, enfermos, lisiados, prostitutas, hablando con mujeres enemigas de los judíos...Actúa así para liberarlos de sus sufrimientos y dándoles dignidad . Dios quiere que seamos felices.

Como dice Boff:  Cargar la cruz como Jesús la cargó significa, por tanto, solidarizarse con aquellos que son crucificados en este mundo: los que sufren violencia, son empobrecidos, deshumanizados, ofendidos en sus derechos. Defenderlos, atacar las prácticas en cuyo nombre son hechos no-personas, asumir la causa de su liberación, sufrir por causa de esto: he ahí lo que es cargar la cruz. La cruz de Jesús y su muerte fueron consecuencia de este compromiso por los desheredados de este mundo.(Koinonía. Relat nº 217)

Hoy los que nos llamamos seguidores de Jesús deberíamos como Él, intentar seguir sus huellas.

Enfrentarnos al poder religioso , económico y político por ser solidarios con el pueblo machacado en sus derechos en tantos sitios y ser solidario con ese pueblo que carga su cruz de tantas formas.

Los inmigrantes que hoy no pueden cruzar a los EEUU desde México por el muro, que separan a los hijos de los padres, los africanos que mueren a miles y miles en el Estrecho ...los miles y miles de desplazados por las guerras en tantos sitios: Siria, Libia, Afganistán, Sudán, Yemen...con consecuencias terribles para niños, mujeres, enfermos...

Y pensando  a nivel más cercano cuánta gente que sufre a nuestro alrededor, sin trabajo, sin vivienda, los sin techo, jóvenes sin futuro, violencia contra las mujeres, ancianos que malviven solos...personas que necesitan una atención social que no se les dá....

Ahí, en todos ellos, esta sufriendo y muriendo hoy Jesús. Es la pasión y Muerte de Jesús en 2019.

No nos engañemos: Jesús no está en los cristos cargados de oro y de plata de nuestras imágenes, ni llevado a hombros de legionarios.  El Cristo vivo está en tantos seres humanos como hoy sufren en nuestro Mundo, que sufren y que mueren.

Jesús muere con su última frase "Todo está cumplido". Él ha sido coherente, ha sido fiel, aunque muere a la vista de todos por revolucionario, por blasfemo, por ser un subversivo, una persona peligrosa para el sistema, para el poder religioso y político. Como dice Castillo:

"Más aún, Jesús fue crucificado, no entre dos “ladrones”, sino entre dos “lestaí”, una palabra griega de la que sabemos que se utilizaba para designar, no sólo a los “bandidos” (Mc 11, 17 par; Jn 28, 40), sino además a los “rebeldes políticos” (Mc 15, 27 par), como advierte F. Josefo (H. W. Kuhn; X. Alegre).(Castillo)" 

El muere abandonado por todos, también por sus amigos más cercanos. Uno lo negó tres veces, otro lo traicionaría y lo entregaría..todos huyeron para no tener problemas...

Pero no podemos ver el Viernes Santo sin pensar en el Domingo de Resurrección. Ese Cristo, aparentemente fracasado, es el que triunfa con fuerza resucitando.

Los creyentes debemos tener esa esperanza: no todo termina con la muerte. Podemos, debemos luchar por erradicar tanto sufrimiento, dolor y muerte en el Mundo y en nuestro entorno, aunque la mayoría no lo entienda.

Personas como Luter King, como Gandhi, como Fermín Salvochea, como Óscar Romero, como Helder Cámara, como Ellacuría, como Diamantino García Acosta y tantos otros, son personas que entendieron muy bien que merecía vivir la vida para aliviar la cruz de tantos y tantos...

1 comentario:

Unknown dijo...

Hola Juan, me gusta tu blog. Hablas mucho de los indigentes en Cádiz y quería saber si tienes información actualizada sobre ellos en est año de 2019. Clases de recursos a su disposición tal como albergues, dónde pernocta la mayoría, enfermedades, muertes, etc. Serías tan amable de escribirme a viewridge7@gmail.com. Lo pregunto porque conozco a un indigente aquí que necesita ayuda y quiero informarlo. Gracias, Jaime