lunes, 28 de septiembre de 2020

27 DE SEPTIEMBRE: JORNADA MUNDIAL DEL MIGRANTE Y REFUGIADO 2020. Juan Cejudo

El 13 de mayo pasado el Papa Francisco daba a conocer su mensaje para la Jornada Mundial del migrante y refugiado 2020 que se celebra el 27 de septiembre. He entresacado algunas de las principales ideas de este mensaje. Las cursivas en verde indican que son palabras textuales de Francisco.

Ya en 2018 resumía Francisco en 4 verbos lo que debería ser la atención a estas personas: acoger, proteger, promover e integrar.

Este año aporta otros verbos para completar la atención a estas personas, y también a las que han experimentado y siguen aún hoy viviendo, situaciones de precariedad, de abandono, de marginación y de rechazo a causa del COVID-19.



 Es necesario conocer para comprenderCuando hablamos de migrantes y desplazados, nos limitamos con demasiada frecuencia a números. ¡Pero no son números, sino personas! Si las encontramos, podremos conocerlas.

Hay que hacerse prójimo para servir. Acercarse al prójimo significa, a menudo, estar dispuestos a correr riesgos, como nos han enseñado tantos médicos y personal sanitario en los últimos meses.


Buen samaritano
Para reconciliarse se requiere escucharDurante el 2020, el silencio se apoderó por semanas enteras de nuestras calles. Un silencio dramático e inquietante, que, sin embargo, nos dio la oportunidad de escuchar el grito de los más vulnerables, de los desplazados y de nuestro planeta gravemente enfermo. Y, gracias a esta escucha, tenemos la oportunidad de reconciliarnos con el prójimo, con tantos descartados, con nosotros mismos y con Dios, que nunca se cansa de ofrecernos su misericordia.



Para 
crecer hay que compartir. Dios no quiso que los recursos de nuestro planeta beneficiaran únicamente a unos pocos. ¡No, el Señor no quiso esto! Tenemos que aprender a compartir para crecer juntos, sin dejar fuera a nadie. 

Se necesita involucrar para promoverSi queremos realmente promover a las personas a quienes ofrecemos asistencia, tenemos que involucrarlas y hacerlas protagonistas de su propio rescate. La pandemia nos ha recordado cuán esencial es la corresponsabilidad y que sólo con la colaboración de todos —incluso de las categorías a menudo subestimadas— es posible encarar la crisis.



Es indispensable colaborar para construir.  Para preservar la casa común y hacer todo lo posible para que se parezca, cada vez más, al plan original de Dios, debemos comprometernos a garantizar la cooperación internacional, la solidaridad global y el compromiso local, sin dejar fuera a nadie.

Qué lejos este mensaje de Francisco de esas actitudes xenófobas y racistas de no pocos colectivos y personas, muchos de los cuales además, se ufanan de llamarse cristianos, cuando están rechazando al hermano que necesita nuestro apoyo y nuestra solidaridad. Deben ser descalificados como cristianos y católicos porque esas actitudes de rechazo al inmigrante son contrarias por completo a los verdaderos sentimientos cristianos.



Quien desee leer íntegro el mensaje del Papa Francisco puede hacerlo aquí: http://www.vatican.va/content/francesco/es/messages/migration/documents/papa-francesco_20200513_world-migrants-day-2020.html



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