lunes, 20 de mayo de 2013

NO, A LA RELIGIÓN EN LOS CENTROS PÚBLICOS. Juan Cejudo, miembro de MOCEOP y de Comunidades Cristianas Populares


El proyecto de ley que pretende el ministro Wert, con el aplauso de nuestros obispos españoles, es una vuelta a los tiempos del franquismo.

¡Otra vez la religión como asignatura evaluable en los centros públicos! Los obispos, encantados. Además, ya han dicho que no se tratará sólo de la enseñanza de un compendio de religión, sino que será un vehículo para la evangelización y la transmisión de la fe...¡Qué disparate! Se utilizan las estructuras educativas públicas para evangelizar ( o pretender evangelizar) a niños y jóvenes...

La transmisión de la fe es algo que todos los cristianos estamos llamados a hacer, pero, sin apoyos estructurales , sino con el testimonio de vida y la palabra. Como Jesús, que, como bien dice el teólogo José María Castillo, a nadie examinó de religión. A nadie suspendió o aprobó...¡Qué locura!

Parece como si los obispos hubieran renunciado a sus propios medios para conseguir esa evangelización o adhesión de los ciudadanos a la fe...Es normal. Con la actitud tan poco ejemplarizante como la que ven en sus obispos, la gente pasa de religión, de curas y de misas...Pero los obispos pretenden apoyarse en tener una asignatura de religión a la que el sistema educativo, ahora en poder de sus amigos los conservadores, le ayude a hacer la labor que ellos, obispos,  los sacerdotes y los cristianos tendríamos que hacer...

Además, permiten que se les siga financiando al 100% desde el estado. Que los profesores de religión sean pagados con dinero público,a  pesar de estos tiempos de crisis en los que a la Iglesia no se le ha recortado ni un euro. ¡Qué buena ocasión han tenido para, al menos, haber decidido pagar ellos a sus profesores de religión, ya que se han empeñado en seguir manteniéndolos...!

Demasiadas contradicciones con el Evangelio de Jesús tienen estos obispos al permitir- ¡y celebrar!- este proyecto de ley de educación. Un proyecto que cuenta con el rechazo unánime de toda la comunidad educativa que se ha manifestado masivamente en las calles, rechazado también por muchas comunidades autónomas y por todos los grupos políticos menos el del partido en  el gobierno.

Entiendo que es un hecho que estamos en un país no confesional, aunque haya un alto porcentaje de católicos y por tanto no se puede volver al nacional-catolicismo. 
La religión debe salir de la escuela e impartirse en los ámbitos familiares, parroquiales y de las comunidades cristianas. Aún recuerdo, cuando yo era niño en los primeros años del franquismo, tuve la suerte de recibir mis clases de religión (a pesar de que estaba en una escuela parroquial) en la misma iglesia y por el mismo párroco. Nunca la recibí dentro del recinto escolar. El párroco, que hoy tiene 98 años, prefería que se diera en la parroquia. Y ya ha llovido desde entonces....

Una pena que ahora, en plena democracia, se pretenda implantar la religión en las escuelas y como asignatura evaluable... ¡Qué lejos queda todo esto del mensaje de Jesús a sus discípulos cuando les envió a anunciar el Evangelio por todos los caminos y sin llevar nada de  equipaje...!

2 comentarios:

ayporquenosoycomodonquijote dijo...

Sin duda habrá docentes de Religión católica en la escuela pública buenos: evangelizadores, honestos, militantes, buenos profesionales docentes...

Empero yo al menos creo haber conocido a pocos, en mi periplo docente por la escuela pública, desde el curso 1997/98. Y en esto los obispos se siguen queriendo equivocar: cantan las excelencias de la asignatura de Religión, pero parecen esconder la cabeza cuando se les recuerda que esa asignatura no funciona, porque es una "maría", porque a menudo se reduce a charlas más o menos insípidas o entretenidas a veces, siempre políticamente correctas, o sea, nada militantes.

Y si ahora resulta que con la nueva LOMCE la Religión será evaluable, muchos chicos y chicas acabarán eligiéndola, pues como los profesores de Religión casi no suspenden a ningún alumno -para así tener garantizadas las opciones de poder seguir dando clases de Religión en lo sucesivo-, y como por lo común ponen notas muy altas, los chicos de la ESO estarán tentados a elegirla, para así garantizar al menos una buena nota.

Así las cosas, quién sale ganando con todo esto, ¿el Evangelio?

Juan Cejudo dijo...

Muy de acuerdo con tu comentario...

Un cordial saludo.