lunes, 20 de enero de 2020

CUANDO BENEDICTO XVI ERA PROFESOR, ENTONCES JOSEPH RATZINGER, APOSTABA POR UNA IGLESIA CON CRISTIANOS CASADOS ORDENADOS SACERDOTES. Juan Cejudo, miembro de MOCEOP y de Comunidades Cristianas Populares


Hace unos días Jesús Bastante nos lo recordaba muy atinadamente en Religión Digital. Benedicto XVI, entonces, Joseph Ratzinger, que era profesor de Teología, escribió un librito editado por "Sígueme": "Fe y futuro", donde decía cosas muy, muy interesantes. Mejor que comentarlo, dejar aquí lo que decía:


"También en esta ocasión, de la crisis de hoy surgirá mañana una Iglesia que habrá perdido mucho. Se hará pequeña, tendrá que empezar todo desde el principio. Ya no podrá llenar muchos de los edificios construidos en una coyuntura más favorable. Perderá adeptos, y con ellos muchos de sus privilegios en la sociedad"

"Ciertamente conocerá también nuevas formas ministeriales y ordenará sacerdotes a cristianos probados que sigan ejerciendo su profesión: en muchas comunidades más pequeñas y en grupos sociales homogéneos la pastoral se ejercerá normalmente de este modo"
"Junto a estas formas seguirá siendo indispensable el sacerdote dedicado por entero al ejercicio del ministerio como hasta ahora"
Foto: Religión Digital

"Ciertamente ya no será nunca más la fuerza dominante en la sociedad en la medida en que lo era hasta hace poco tiempo. Pero florecerá de nuevo y se hará visible a los seres humanos como la patria que les da vida y esperanza más allá de la muerte". 

(Joseph Ratzinger, profesor de teología. "Fe y futuro) 1970. Editorial Sígueme

Ahora, hace ya tiempo que dio un giro muy fuerte hacia posiciones más tradicionales y conservadoras, hasta llegar a alinearse últimamente  con los cardenales más críticos con el Papa Francisco que tanto daño vienen haciéndole.

Ojalá siguiera manteniendo aquel sueño en una Iglesia menos poderosa, más reducida, desprendida de muchos de los edificios que hoy posee y sin tantos privilegios, con nuevas formas ministeriales, viviendo su fe en comunidades más pequeñas, donde cristianos probados (viri probati), casados, puedan presidir la eucaristía pudiendo seguir ejerciendo su profesión durante un tiempo determinado..

Esa Iglesia sería sin duda mucho más creíble, más cercana, especialmente si opta preferencialmente por los pobres y excluídos para liberarlos, participando con ellos de sus luchas por una mayor justicia social.

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