Lo ha dicho en Madrid el presidente de la Asociación para la Defensa de la Sanidad pública, Marciano Sánchez Bayle. “No me gusta dramatizar, pero con las medidas
del Gobierno en España va a disminuir la esperanza de vida y aumentará
la morbilidad; es el resultado del desmantelamiento del sistema
sanitario público, del que seis millones de ciudadanos quedarán
excluidos”, relató de un tirón.
A mí me parece muy grave que un número tan importante de ciudadanos puedan quedar excluidos del sistema sanitario público español. Por lo visto, con las nuevas medidas, ésto es lo que va suceder en los próximos meses. ¿Hasta dónde vamos a llegar? ¿Cuánto tiempo más la población seguirá sin reaccionar ante este tipo de medidas? Es cierto que la indignación está presente por todas partes, pero mucha gente se queda en casa, sin salir a la calle, cuando hay convocatorias, para poder expresar en público su descontento.
Igual pasará con la educación. Aumentan la ratio por aulas con el aumento de alumnos y la masificación, que impedirá poder atender debidamente a los que más lo necesitan. Las tasas universitarias suben hasta un 66%. Las familias con menos recursos no podrán financiar el coste que ahora se les exige. Seguirán los que puedan pagarlo. Me recuerda la universidad de la época de Franco cuando sólo estudiaban los que más dinero tenían.
Hay otra manera de llevar la economía sin que todo el peso recaiga siempre en los mismos: las clases trabajadoras y populares. Hay un fraude fiscal de 60000 millones de euros al año. La solución no puede ser perdonar a los defraudadores, sino hacer que cumplan con sus obligaciones fiscales porque ese dinero lo necesita el país. Así no sería necesario hacer los estragos que se están haciendo con tantos recortes impopulares.
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