Escuché hoy en directo al presidente del Gobierno anunciando el tsunami de medidas antisociales que, una vez más, se ceba sobre los más débiles de la sociedad, aunque el diga que son unas medidas equilibradas y justas.
Parados, funcionarios, pensionistas etc... seremos de nuevo los afectados por estas medidas de recortes presupuestarios. Como ya han dicho algunos observadores y comentaristas, no hemos visto ni una sola medida de recortes para la Iglesia, ni la Casa Real, ni las grandes fortunas. Eso sí: los empresarios serán beneficiados al disminuir su porcentaje de pago a la Seguridad Social.
La subida del IVA es especialmente dura para quienes ya nos han machacado con las medidas anteriores en IRPF, pago de medicamentos, subida de luz, agua, butano, transporte etc...
Para una persona que gane mil euros (es el caso de muchos pensionistas), la subida del IVA les va a suponer tener que pagar de más entre 20-25 euros al mes. Es decir, nos queda-¡otra vez!- 20, 25 euros menos de sueldo. Total, dirán ellos..".unos cuantos cafés".... Muchos cafés van ya ¿no les parece?
Creo que es verdad lo que dice Cayo Lara: estas medidas del gobierno, son como echar gasolina a las calles para que prenda la rebelión popular...¿Hasta cuándo podremos seguir aguantando?
Es lógico que los sindicatos hoy mismo hayan convocado ya una nueva movilización para el próximo día 19 de Julio.
Movilización que todos debemos de apoyar para echar para atrás este tipo de medidas antisociales.
Es lógico y razonable lo que piden algunos partidos: hacer un pacto entre todos para consensuar unos recortes con el consenso de todos.
Hay que apretar las clavijas a otros sectores a los que no se les toca nunca: impuestos a las transacciones financieras, a las grandes fortunas, lucha contra el fraude fiscal, la lucha contra los paraísos fiscales, que la Iglesia pague el IBI, o pague a sus profesores de Religión, o cumpla con la autofinanciación que piden los actuales Acuerdos Iglesia-Estado....serían algunos de los capítulos que se podrían consensuar entre todos.
Una ley fiscal que de verdad consiga que paguen más los que más ganan y no que siempre recaiga todo el peso de los recortes sobre los sectores populares.
Debo reconocer que hoy, después de escuchar al presidente del gobierno, me quedé helado por una parte y superindignado por otra. No podía dar crédito a lo que estaba escuchando.
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