Siguen llegando reacciones a la postura de la Comisión Teológica Internacional que quiere que "los teólogos se sometan (sic) a los obispos". Eso es lo que ha pasado con el obispo de Palencia y el teólogo Tamayo que ha dado una conferencia sobre su nuevo libro "Otra teología es posible".
Se ve que el obispo obedece las órdenes del Vaticano. Es por eso que los movimientos de iglesia de base siguen pronunciándose contra esta nueva involución eclesial que atenta contra el espíritu del Vaticano II. Si ayer eran las Comunidades Cristianas Populares de Andalucía las que se pronunciaban, hoy lo hace MOCEOP. Merece la pena leer este comunicado.
Un cordial saludo: Juan
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Estamos viendo con gran preocupación la actitud que están tomando algunos obispos con teólogos de signo aperturista, como ha ocurrido estos días con Tamayo por parte del obispo de Palencia.
Como movimiento de Iglesia queremos decir lo siguiente: 1.- Desde el Vaticano se insiste en la idea, superada en tiempos del Vaticano II, de que los teólogos "deben someterse a los obispos". Se pretende así silenciar la voz de los teólogos que ellos consideran "peligrosos" por sus investigaciones teológicas y así querer mantener con disciplina férrea el control doctrinal, basado en una concepción teológica de corte tradicional, desfasada y que no sirve para el hombre de hoy.
2.- Si esa va a ser la función de
la Comisión Teológica Internacional, está claro que es un mecanismo más
para ejercer el autoritarismo y el control sobre los teólogos del mundo
para que nadie pretenda apartarse de lo que dicen el Papa y los obispos,
incluso en cuestiones perfectamente opinables en el seno de la Iglesia.
3.- El caso Tamayo no es nuevo. Tampoco, por desgracia, será el último. La desautorización, la descalificación y las sanciones, han sido algo habitual durante los pontificados de Juan Pablo II y Benedicto XVI, éste último jefe supremo, durante muchos años, de la Congregación del Santo Oficio, antigua Inquisición. Unos 600 teólogos según algunas fuentes, han sido expedientados en estos últimos años posteriores al Concilio.
Por eso nos parece que de nuevo, desde el Vaticano, se pretende implantar la Inquisición con nuevo nombre y silenciar la labor de investigación de los teólogos. Es decir, si los teólogos no pueden investigar, como es lo propio de su trabajo ¿para qué tienen que existir? Mejor que dejen su oficio de investigadores y desaparezcan . Porque lo que quieren es que "se sometan a los obispos".
4.- Hay que decir también que, en la inmensa mayoría de los casos, los obispos no son personas preparadas en ciencias teológicas, ni bíblicas como para poder tener criterios bien fundados sobre muchas cuestiones que hoy se discuten en la Iglesia. Los obispos se atendrán a lo que les digan de más arriba: arzobispado, presidente de Conferencia Episcopal y el Vaticano. Y es que, como el Vaticano controla a los obispos, así no hay problema y queda todo atado y bien atado, como si la Iglesia funcionara al modo de un batallón militar.
5.- Nos parece que desde Roma con este tipo de medidas se está enterrando definitivamente el espíritu del Concilio Vaticano II que decía hablando de los teólogos: "La investigación teológica siga profundizando en la verdad revelada, sin perder contacto con su tiempo, a fin de facilitar a los hombres cultos en los diversos ramos del saber un mejor conocimiento de la fe. Este buen entendimiento proporcionará grandes servicios a la formación de los ministros sagrados, quienes podrán presentar a nuestros contemporáneos las enseñanzas de la Iglesia acerca de Dios, del hombre y del mundo, de forma mas adaptada y a la vez más gustosamente aceptable por parte de ellos" ("Sobre la Iglesia en el Mundo actual" -62)
...." debe reconocerse a los fieles, clérigos o laicos, la debida libertad de investigación, de pensamiento y de hacer conocer, humilde y valerosamente, su manera de ver en el campo de su competencia" ("Sobre la Iglesia en el Mundo actual"- 62)
6.- Por último queremos decir que teólogos como Tamayo y otros, llevan años iluminando nuestro caminar como cristianos y ayudándonos a muchos en muchos lugares del Mundo, con sus artículos, libros y conferencias.
Les animamos a todos ellos a que sigan adelante enriqueciéndonos con sus investigaciones teológicas que tanto bien nos hacen y que piensen que su trabajo tiene un gran sentido, tratando de mostrar el mensaje nuclear de Jesús de Nazaret, adaptándolo al hombre de hoy, por mucho que desde el vértice la estructura jerárquica pretendan silenciarlos y acallarlos. Al fin y al cabo, Jesús pagó con su propia vida sus enfrentamientos con el poder religioso y político de su tiempo. Desde MOCEOP nuestro apoyo y solidaridad con todos ellos.
19 de Marzo de 2012
3.- El caso Tamayo no es nuevo. Tampoco, por desgracia, será el último. La desautorización, la descalificación y las sanciones, han sido algo habitual durante los pontificados de Juan Pablo II y Benedicto XVI, éste último jefe supremo, durante muchos años, de la Congregación del Santo Oficio, antigua Inquisición. Unos 600 teólogos según algunas fuentes, han sido expedientados en estos últimos años posteriores al Concilio.
Por eso nos parece que de nuevo, desde el Vaticano, se pretende implantar la Inquisición con nuevo nombre y silenciar la labor de investigación de los teólogos. Es decir, si los teólogos no pueden investigar, como es lo propio de su trabajo ¿para qué tienen que existir? Mejor que dejen su oficio de investigadores y desaparezcan . Porque lo que quieren es que "se sometan a los obispos".
4.- Hay que decir también que, en la inmensa mayoría de los casos, los obispos no son personas preparadas en ciencias teológicas, ni bíblicas como para poder tener criterios bien fundados sobre muchas cuestiones que hoy se discuten en la Iglesia. Los obispos se atendrán a lo que les digan de más arriba: arzobispado, presidente de Conferencia Episcopal y el Vaticano. Y es que, como el Vaticano controla a los obispos, así no hay problema y queda todo atado y bien atado, como si la Iglesia funcionara al modo de un batallón militar.
5.- Nos parece que desde Roma con este tipo de medidas se está enterrando definitivamente el espíritu del Concilio Vaticano II que decía hablando de los teólogos: "La investigación teológica siga profundizando en la verdad revelada, sin perder contacto con su tiempo, a fin de facilitar a los hombres cultos en los diversos ramos del saber un mejor conocimiento de la fe. Este buen entendimiento proporcionará grandes servicios a la formación de los ministros sagrados, quienes podrán presentar a nuestros contemporáneos las enseñanzas de la Iglesia acerca de Dios, del hombre y del mundo, de forma mas adaptada y a la vez más gustosamente aceptable por parte de ellos" ("Sobre la Iglesia en el Mundo actual" -62)
...." debe reconocerse a los fieles, clérigos o laicos, la debida libertad de investigación, de pensamiento y de hacer conocer, humilde y valerosamente, su manera de ver en el campo de su competencia" ("Sobre la Iglesia en el Mundo actual"- 62)
6.- Por último queremos decir que teólogos como Tamayo y otros, llevan años iluminando nuestro caminar como cristianos y ayudándonos a muchos en muchos lugares del Mundo, con sus artículos, libros y conferencias.
Les animamos a todos ellos a que sigan adelante enriqueciéndonos con sus investigaciones teológicas que tanto bien nos hacen y que piensen que su trabajo tiene un gran sentido, tratando de mostrar el mensaje nuclear de Jesús de Nazaret, adaptándolo al hombre de hoy, por mucho que desde el vértice la estructura jerárquica pretendan silenciarlos y acallarlos. Al fin y al cabo, Jesús pagó con su propia vida sus enfrentamientos con el poder religioso y político de su tiempo. Desde MOCEOP nuestro apoyo y solidaridad con todos ellos.
19 de Marzo de 2012
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