Pablo VI sistemáticamente se había negado siempre a esas canonizaciones. Es un tremendo error canonizar como beatos a quienes perdieron su vida en uno de los bandos en conflicto mientras se han olvidado de quienes cayeron también martirizados por defender su fe defendiendo al mismo tiempo la legítima autoridad de la República.
Ahí están si no, con nombres, apellidos y con todos los datos, los 16 curas fusilados en el País Vasco, alguno en Mallorca y en otros muchos en diferentes puntos de España.
La Iglesia española, que durante la guerra, jugó un papel predominante a favor del franquismo ( en contra incluso de la posición mediadora que adoptó el propio Papa en el Vaticano), que además no ha pedido humildemente perdón durante todos estos años por aquellos errores del pasado, ha vuelto a tomar de nuevo la opción de defender a los caídos en el sector “nacional”, olvidando a los que cayeron en el otro bando.
Para mí, tanto merecer ser beatificados unos como otros. No deberían haber hecho ninguna distinción. Dicen ellos que es que “a los otros” ( como si los mártires sólo fueran los del sector franquista) nadie se ha preocupado de promoverlos. ¿Quieren decir que los 498 que cayeron del bando “nacional” son los de la Iglesia y que los demás ( del sector republicano, víctimas del franquismo ) no son hijos de la Iglesia? Me parece una aberración haber dado esa pésima imagen que se ha dado.
Pero, por desgracia, estamos ya acostumbrados a que siempre pase igual. Como dice José María Castillo en su artículo: “498 mártires”, las numerosísimas víctimas de las dictaduras latinoamericanas de los años 70 y 80 del pasado siglo en Latinoamérica tendrán muy duro ver las canonizaciones. Mártires como el Obispo Romero en El Salvador o Monseñor Angelelli en Argentina o Ignacio Ellacuría o los muchos creyentes “revolucionarios” que fueron aniquilados por Pinochet o Videla tendrán muy complicado poder ser beatificados.
La diferencia : que unos eran de derechas, los otros de izquierda. Unos , gente de orden, los otros, comprometidos social o políticamente por el pueblo: revolucionarios.
Pero además, “curiosamente” coincide con la aprobación recientemente, de la Ley de Memoria histórica en el Parlamento… Un tremendo error de oportunidad política. ¿ La diplomacia vaticana, la más experimentada del Mundo, no lo hubiera podido evitar? Ya que, la Iglesia_ ¡otra vez- aparecerá unida a la estrategia de la Derecha política. Porque aunque digan que” las canonizaciones no van contra nadie”y la futura Ley sí “reabrirá heridas”…nadie podrá creerlos, más con la actitud tan descarada a favor de la Derecha que están jugando en esta legislatura, manifestaciones de obispos incluidas.
De hecho han sido muchísimas las críticas que estas canonizaciones han provocado, desde amplísimos frentes del pensamiento cristiano como el último comunicado de “Redes Cristianas” de hace algunos días. (Un colectivo que agrupa a más de 150 colectivos de cristianos de todo el país)
Hubiera sido muchísimo mejor que ayer en Roma hubieran sido beatificados todos sin distinción: de derechas o de izquierdas.
La imagen que la Iglesia ha dado ha sido la de siempre : la de estar a favor de la víctimas de un determinado sector. Como si los hijos de Dios sólo tuvieran un color político determinado.
Vuelvo a insistir. Se echa muchísimo de menos en nuestro país una figura como la de Tarancón que supo mediar durante la transición sin tomar partido y sabiendo mantenerse al margen de la confrontación política.
Nuestros obispos (ahora también animados desde el Vaticano), parece que han decidido apostar por la confrontación, la polémica y la discordia entre creyentes y entre ciudadanos.