Hemos participado mi mujer y yo en el XVII Encuentro andaluz de Comunidades Cristianas Populares celebrado en El Morche, una barriada de Torrox Costa (Málaga) los días 25 al 27 de este mes al que hemos asistido más de 130 personas procedentes de casi toda Andalucía.
Llegamos el viernes por la tarde al hotelito donde solemos celebrar este tipo de encuentros. Ya estaban allí los compañeros de distintos colectivos con sus tenderetes y puestos para vender productos varios: ecológicos, productos manuales del tercer mundo, calendarios de Derechos Humanos, libros de José Mª Castillo, Agenda latinoamericana etc... Yo también llevaba algunos ejemplares que aún quedaban de nuestro libro "Curas casados. Historias de fe y ternura" que expuse junto a otros libros de Juan José Tamayo que llevaban otros compañeros.
Llegamos el viernes por la tarde al hotelito donde solemos celebrar este tipo de encuentros. Ya estaban allí los compañeros de distintos colectivos con sus tenderetes y puestos para vender productos varios: ecológicos, productos manuales del tercer mundo, calendarios de Derechos Humanos, libros de José Mª Castillo, Agenda latinoamericana etc... Yo también llevaba algunos ejemplares que aún quedaban de nuestro libro "Curas casados. Historias de fe y ternura" que expuse junto a otros libros de Juan José Tamayo que llevaban otros compañeros.
Abrazos, saludos a todos los que estaban allí. Muchos, la mayoría, antiguos amigos y conocidos desde hace muchos años, de movidas similares: Semana andaluza de Teología, CCP, Moceop etc...Recogimos la documentación y fuimos a la habitación asignada.
A las 10, después de cenar, tuvimos una pequeña fiesta donde las comunidades de las distintas provincias nos fuimos presentando con algún tipo de actuación. Fueron saliendo la gente de Málaga, Granada, Sevilla, Cádiz, Almería, Jaen... y también algunos compañeros de Albacete, Madrid y de Cataluña.
Los 19 de Cádiz tuvimos que improvisar sobre la marcha nuestra presentación, cantando una canción, letra de Alberti y música de Rosa León, titulada: "Canción de los pescadores pobres de Cádiz" que acompañé a la guitarra. También Nacho nos deleitó con una canción suya titulada "Revolución" que a más de uno le puso la carne de gallina.
El sábado 26, después de un rato de oración en común, Mariá Corví, catalán, doctor en filosofía y licenciado en teología, que dirige el Centro de estudio de las tradiciones religiosas de Barcelona, nos expuso la ponencia. "El camino interior en las sociedades industriales desarrolladas; seguir a Jesús hoy".
Una ponencia muy bien expuesta, aunque con un lenguaje muy conceptual y difícil de seguir a veces, que nos sacudió a todos. Insistió mucho en los rasgos de la sociedad que nos toca vivir con cambios muy acelerados y profundos que requiere nuevos patrones de pensamiento, de sentir y de modo de vida. Donde la tecnología estructura el pensar y sentir de individuos y colectividades sin Dios. Son culturas no teístas.
Insistió en que la tradición religiosa que hemos recibido no está adaptada a las nuevas condiciones culturales. Es más propia de las sociedades preindustriales, estáticas, autoritarias, patriarcales...Y apuntó a la necesidad de cambios muy profundos en las religiones para intentar comunicarse y
expresarse con los hombres de hoy con nuevos conceptos. Y ello exige cambios muy profundos.
La charla de Corví provocó al final un interesante diálogo para intentar concretar todo lo que allí se había expuesto. Y no fue fácil. Yo expuse la necesidad de esos cambios en nuestra Iglesia. Cité el libro de Roger Lenaers "Otro cristianismo es posible" donde apunta por dónde deben ir esos cambios en las formulaciones dogmáticas, en las celebraciones litúrgicas y en muchos aspectos de la vida de la Iglesia. Cambios a los que nuestra jerarquía sistemáticamente se opone y se cierra,
enrocándose en sus posturas tradicionales, incapaces de conectar con el hombre de hoy.
enrocándose en sus posturas tradicionales, incapaces de conectar con el hombre de hoy.
Se hicieron varios grupos de trabajo donde se siguió discutiendo la ponencia y el secretario de cada grupo recogió las aportaciones más importantes para llevarlas al ponente. Ésto fue ya después del almuerzo, sobre las 5 de la tarde. Mariá fue comentando lo que cada grupo le había planteado y contestando a todos.
Por la tarde, tres talleres: sobre "Democracia real ya", "Actualizar compromisos y celebraciones" y "Papel de las comunidades hoy en día".
Yo participé en éste último y fue muy interesante. Anotamos las cuestiones que más nos habían preocupado.
Después de la cena, hubo una fiesta simpática que se llamó "Tú sí que vales", a imitación del concurso de la tele en el que no faltó ni el presentador, ni el jurado, ni los distintos concursantes que se presentaban a exponer sus habilidades. La verdad que estuvo simpática y nos reímos muchísimo con unos y otros.
El domingo, después del desayuno, continuamos con los talleres un par de horas, hasta las 12 que fue la Eucaristía. Una Eucaristía celebrada por todos, bien preparada, con canciones animadas y donde todo el que quiso, pudo hablar bien para comentar las lecturas, bien para pedir por algo o dar gracias a Dios por algo.
Una pintura de Miguel, un compañero de las comunidades de Granada, recientemente fallecido, nos acompañó todo el tiempo.
Todos participamos del pan y del vino, después de recitar la plegaria de acción de gracias también entre todos. Nos dimos la paz mientras cantábamos.
Se leyeron conclusiones de los talleres y se leyó el comunicado final del encuentro, aplaudido por todos. Terminamos cantando todos la canción de Labordeta "Somos".
Debo decir que este tipo de encuentros siempre me dan muchísimos ánimos. Es una verdadera gozada poder encontrarse con amigos y compañeros conocidos desde hace muchos años ( llevo ya 34 años en CCP) y con los que coincidimos en este tipo de encuentros.
Siento el afecto, la sintonía, el cariño de muchísimos compañeros y compañeras de tantos años. Siento que hay una gran corriente común en este tipo de vivencias que todos tenemos. Nos fortalecemos y animamos unos con otros: con las aportaciones, con los gestos, con el trabajo de los más comprometidos en la organización.
Y, sobre todo, siempre lo siento así cuando termina un encuentro de éstos que exigen tanto trabajo de preparacion: hay que aplaudir a los compañeros que, desde la coordinadora andaluza, llevan tanto tiempo preparando este encuentro para que todo salga bien: ponente, inscripciones, talleres, eucaristía, alojamiento, etc...
Desde aquí mi aplauso a todos ellos que lo han hecho posible. Y que sigamos así para seguir adelante en años sucesivos haciendo frente a los nuevos retos.
Y un último comentario: para mí fue motivo de alegría especial poder saludar allí a mi amigo José María Castillo, a quien tanto aprecio y darle un gran abrazo. Aproveché para comprar dos libritos suyos que no tenía.
¡¡Hasta el próximo!!
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Fotos: Juan Cejudo
Foto junto a Nacho: Antonio Ruiz