El próximo viernes en Madrid, se celebrará la misa por las familias. La convocan Rouco y los kikos y a la misma asistirán muchos obispos y católicos de tendencia conservadora en su gran mayoría.
Los obispos acuden a ella con la mirada puesta en el nuevo gobierno de España, para pedirles que legislen conforme a sus principios, expuestos en repetidas ocasiones, en temas tan sensibles para ellos como el aborto, matrimonio homosexual, educación para la ciudadanía, divorcio etc....
Son los temas de especial preocupación para nuestros obispos, muy molestos con las leyes aprobadas en el Parlamento durante el pasado período de gobierno socialista.
Y la verdad, que algunos de ellos se están despachando a gusto y diciendo cosas increibles, según informa el periódico La Razón. El obispo de Logroño llega a decir que la asignatura de educación para la ciudadanía es un "estatalismo gravísimo". El de Ciudad Rodrigo, dice cosas como éstas: «En el mundo rural, despoblado, los políticos se plantean cómo repoblar los territorios, y están obligados a tener visión de familia si no quieren que el campo desaparezca". Para el de Tarragona lo peor de todos estos años "ha sido la ley del aborto".
El de Alcalá de Henares dice que la agilización de la ley de divorcio ha ido un "auténtico retraso cultural". Y todos ellos miran al Gobierno con la esperanza de que cambie las leyes que a ellos no les gusta.
Es por eso por lo que acuden a esta misa: para que se escuche bien lo que piensan y para que el Gobierno tome nota de su fuerza. Esa fuerza que le prestan organizaciones ultracatólicas que saben cómo movilizar a sus gentes.
Llama muy poderosamente la atención que nuestros obispos, que han estado tan callados ante temas muy graves que estamos viviendo: crisis económica, corrupción, exclusión social de tantísimas personas machacadas por un paro angustioso, conflictos bélicos internacionales etc... sólo alcen su voz en público cuando se tocan estos temas de divorcio, aborto, educación para la ciudadanía etc...o ante temas que afecten a sus prerrogativas concordatarias o económicas.
Debieran pensar que Cristo tuvo una actitud muy comprensiva y nada condenatoria ni con la adúltera, ni con la mujer que le ungía con su perfume y le secaba con su cabello, aunque los fariseos lo criticaran por ello. Hoy son muchísimas las personas que viven otros modelos de familia distintos al modelo que les gusta a los obispos. También en esas familias hay mucho amor compartido, mucho amor a los hijos, mucha preocupación por los demás. Esas familias son tan dignas como las otras.
En este sentido, comparto totalmente y suscribo el Comunicado del Foro de Curas de Madrid ante la celebración de la misa de la familia.
Nuestros obispos deberían tener una mirada mucho más comprensiva y saber valorarlas a todas por igual, aunque ellos prefieran mejor un modelo que otro. Y están en su derecho de defenderlo, pero sin necesidad de atacar los otros modelos, hoy tan extendidos, ni querer imponer el suyo a todos los ciudadanos.
De lo contrario, no podrán evitar dar toda la impresión ante la opinión pública de que su postura es cerrada, poco tolerante y con una visión sesgada sobre las familias de nuestro tiempo, tan diversas en formas y modelos y tan legítimas todas.
Y no debieran olvidar que un Gobierno no está para dictar leyes a gusto de los obispos, sino para que satisfacer las necesidades de todos los ciudadanos, sean de la tendencia que sean y tengan las creencias o no creencias que tengan.
Creo que esta postura de visión más amplia y tolerante es mucho más compatible con los principios de un buen cristiano, por supuesto un buen pastor, que es la que Jesús tuvo en su vida con todos.