Estimados compañeros y amigos: Os dejo aquí la carta-denuncia que la bibliotecaria del Seminario de Cádiz, despedida improcedentemente, ha escrito con la intención de que se conozca su caso y para que se conozca el sufrimiento que lleva pasado desde el 5 de Julio del pasado año que la despidieron, hasta hoy.
Os la dejo aquí tal como ella la ha enviado sin quitar ni poner una sola coma.
En los comentarios podéis decir qué os parece esa decisión.
Un cordial saludo: Juan
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Buenas tardes, me pongo en contacto con ustedes por la situación que he sufrido y estoy sufriendo durante este último año. Soy Lola Macías Recuerdo, hasta el 5 de julio del pasado año bibliotecaria del seminario San Bartolomé de Cádiz.
Aquel día me despidieron sin avisar alegando que ya no hacía falta nadie en el seminario porque mis labores las desempeñaría la jefatura de estudios y por motivos económicos me argumentaban . Mi sueldo era de 333€ . Yo no daba crédito que después de 17 años, 5 de los cuales no me dieron de alta en la seguridad social, me dijeran que iba a la calle. Un dinero que necesitaba para mi casa, poco, pero muy necesario para mi familia. Mi trabajo era completamente vocacional y me encantaba. Siempre bajo la promesa que tal como pudieran me subirían de horas y podría cobrar más.
Eso nunca llegó, al contrario, me despidieron después de tantos años. Después de todo esto denuncié mi caso: yo quería que me readmitiesen o que me indemnizaran porque no era justo habiendo muchísimo trabajo en el seminario (tres bibliotecas y usuarios entre seminaristas, profesores e investigadores). Gané el juicio y conseguí que mi despido fuera improcedente aunque perdí mis años de antigüedad sin estar dada de alta. Ocultaron cosas durante el juicio, incluso mintieron. Fue tan triste ver a un sacerdote mentir y a la compañera...
Y esperando la deseada admisión o indemnización (menos de 4000€) llegó lo que no esperaba: han recurrido. Recurren por esta miseria, he llorado porque por tan poco dinero me hacen ir de nuevo a juicio y encima esperar un año. Cómo puede ser posible que en la diócesis de Cádiz, nuestro obispo permita que una familia sufra de este modo por tan poco dinero y los traten así.
A quien corresponda quiero decirle que lo haga público, no podemos perdonar ni dejar pasar estas situaciones, y el domingo saldrá en el corpus como si nada. Para terminar quiero que sepan que yo ejercí mi trabajo con mucha discreción y generosidad a la Iglesia. Nuestro obispo ni me conoce para que ustedes sepan hasta dónde llegaba mi discreción.
Nunca tuvieron una queja de mí. Y a todos los usuarios de la biblioteca los trate con mucho mimo y profesionalidad. Hoy estoy destrozada. No me lo merezco. Para más información ruego me llamen y hagan público esta situación tan injusta. Que se sepa lo que hacen en mi diócesis con una de las que eran sus trabajadoras.
Muchísimas gracias.
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