La fiesta del Corpus viene de la Edad Media (siglo XIII).
Muchas adherencias, apartadas del verdadero significado que tiene compartir el pan y el vino en la comunidad, en la Eucaristía que es un llamamiento a compartir la vida que llevó Jesús: su unión con su Padre en la oración, su opción por todos los que estaban "descartados" por la sociedad de su tiempo: enfermos, prostitutas, lisiados, leprosos....
El anunció un Reino donde debía instaurarse la igualdad, la fraternidad, la justicia. Un Reino de paz, de dignidad para todos por igual, sin exclusiones ni discriminaciones, tal como viene insistiendo tanto el buen Papa Francisco en su encíclica "Fratelli tutti"...y como Jesús declaró toda su vida con palabras y hechos. Ahí están las Bienaventuranzas...Ahí están los evangelios.
Jesús está presente especialmente hoy en los más desfavorecidos de la sociedad. Comer el pan y beber el vino es comprometernos con ellos, como Jesús, aunque eso le llevara a enfrentarse a los poderosos políticos y religiosos de su tiempo...y por eso lo mataron. Era una persona "peligrosa" para ellos.
No podemos quedarnos contemplando la hostia encerrada en la custodia, llena de plata y oro, ni en la procesión solemnísima de ese día, acompañada de autoridades y bandas de música, que queda muy bien para el turismo.
Jesús vivo está hoy, además de en la hostia, en quienes más lo necesitan.
Su compromiso con ellos debe ser, creo, el mensaje fundamental de esta fiesta del Corpus.
Poesía del obispo Pedro Casaldáliga sobre el Corpus Christi:
Mi cuerpo es comida:
Mis manos, esas manos y Tus manos
la mesa y el destino, como hermanos.
Las vidas en Tu muerte y en Tu vida.
Unidos en el pan los muchos granos,
iremos aprendiendo a ser la unida
Ciudad de Dios, Ciudad de los humanos.
Comiéndote sabremos ser comida.
El vino de sus venas nos provoca.
El pan que ellos no tienen nos convoca
a ser Contigo el pan de cada día.
Llamados por la luz de Tu memoria,
marchamos hacia el Reino haciendo Historia,
fraterna y subversiva Eucaristía.
2 comentarios:
Gracias Juan, por recordarnos lo verdaderamente importante.
Un abrazo!
Un abrazo Alfonso
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