Un año más la Navidad.
Entre las luces abundantes de nuestras calles y la desmesura de unas compras desenfrenadas que nos empujan a un consumo desmesurado, la medianoche del 24 de Diciembre, ya cercana, nos invita a la contemplación del MISTERIO.
“Os anuncio una gran alegría: os ha nacido un SALVADOR”.
Está ahí: pobre, desnudo, nacido en un establo “ porque no había un sitio en la posada”. Se les anuncia a los pobres. Es el Misterio de un Dios hecho hombre que, desde su pobreza, es Salvación para todos los hombres…
Su vida será de una coherencia y de una honestidad total. Su mensaje muy claro: el amor a todos, incluso a los enemigos.
Pagará con su vida su valentía en denunciar con total libertad, los abusos de los poderes civiles y religiosos. Hablará de la igualdad de todos los seres humanos y sus preferidos serán los pobres, los excluidos, los marginados, los enfermos…
¿Cómo no pensar en Navidad en todos los excluídos, los marginados, los pobres, de nuestro Mundo actual?
Los centenares de inmigrantes que dejan su vida en las costas africanas o en el Estrecho..?
Los sin techo, los abandonados, los ancianos, los enfermos…?
Los millones de seres humanos que mueren en países del Tercer Mundo de hambre, enfermedades y guerras absurdas, fruto de un sistema económico injusto que aumenta cada vez más las desigualdades entre países pobres y ricos…?
El verdadero mensaje navideño nos debería llevar, contemplando el MISTERIO, a optar por los valores que vivió Jesús de Nazareth, al que en estas fechas conmemoramos: nuestro apoyo decidido, nuestra respuesta firme y constante, a las justas causas y a las interpelaciones de todo ese MUNDO SUFRIENTE que , con frecuencia, también tenemos muy cerca de nosotros: familiares, amigos, vecinos…
NAVIDAD DEBIERA SER SIEMPRE TODO EL AÑO.
Con estos sentimientos, os deseo a todos:
FELIZ NAVIDAD 2.007
FELIZ AÑO 2.008
Juan Cejudo Caldelas
No hay comentarios:
Publicar un comentario