martes, 9 de julio de 2024

¿ DE VERDAD SEÑOR ALCALDE...? CARTA ABIERTA A DON BRUNO GARCÍA. Francisco González Álvarez



Francisco González Álvarez, mi compañero y miembro de la Marea de Pensionistas de Cádiz y también del grupo Cristiano de Reflexión-Acción de la Bahía de Cádiz ha publicado en su blog un interesante artículo que, por su interés, reproduzco íntegramente en este Blog. 

Comparto lo que dice y, de alguna manera parecida, ya lo expresé aquí hace unos días, hablando de mi rechazo a la aprobación de los presupuestos municipales. Se puede recordar aquí: https://juancejudo.blogspot.com/2024/07/aprobado-el-presupuesto-del.html

 Saludos: Juan

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¿DE VERDAD, SEÑOR ALCALDE DE CÁDIZ, QUE QUIERE UNA CIUDAD QUE DESPIDE A SUS MAYORES VULNERABLES Y HA CONVERTIDO SUS CALLES EN DORMITORIOS DE LAS PERSONAS SIN HOGAR?

 

 Sr. Don BRUNO García, alcalde de Cádiz.

      Me dirijo a usted mediante esta carta abierta, porque los asuntos  que le voy a plantear ya ha sido tratados y denunciados por los movimientos sociales, asociaciones que defienden los derechos de las personas vulnerables y particulares preocupados  por los problemas de los gaditanos y las gaditanas.

    Hace unos meses tuve la ocasión de estar presente en la entrevista que usted concedió  al movimiento sociopolítico Justicia Social, a la que fui amablemente invitado por esta organización.

   En esa reunión usted manifestó con resolución su compromiso social con la ciudadanía,  nos expuso algunos de sus proyectos para la ciudad e  hizo hincapié en la rehabilitación muy necesaria del albergue que acoge a las personas sin hogar; pero no estuvo nada claro en el espinoso asunto del déficit de residencias públicas para mayores en Cádiz capital. 

Un estudio local elevaba esta necesidad a más  de seis residencias de acuerdo con la población mayor de nuestra ciudad. Le hicimos ver la sangrante situación de tantas personas de la tercera edad que, por carecer  de medios económicos, han de abandonar su ciudad, a su familia y amigos al ser trasladadas a alojamientos de la provincia, en numerosas ocasiones, situados en localidades alejadas de la capital, con el consiguiente trastorno de sus familiares y allegados, que, por sus  modestas economías o por edad avanzada, tienen serias dificultades para visitar y atender a sus seres queridos, y cuando, finalmente, se deciden a viajar gastan lo que no tienen en transporte.



 Las circunstancias que relaciono aquí las conoce usted bien, señor alcalde, ya que su compañera de partido y exalcaldesa, Teófila Martínez, las denunció repetidas veces a la Junta de Andalucía, gobernada, entonces, por el PSOE, sin que los responsables políticos del momento hicieran caso alguno. Finalmente, la gestión de la residencia "Micaela Aramburu, que costó a las arcas municipales entre ocho y nueve millones de euros, se privatizó .



La Junta no concedió las noventa plazas que le solicitaban, y ni por asomo pensó en construir al menos una residencia en Cádiz. Teófila Martínez habilitó  un número ridículo de ocho plazas, a todas vistas insuficiente, para  alojar, por la vía  de urgencia y provisionalmente, a mayores en situación precariedad física y económica, hasta que fuesen instalados en localidades de la provincia. Creo que, desde el PP local de la época, el especial perfil político de Teófila Martínez y que su partido gobernaba en España, se podía haber solicitado la ayuda  económica necesaria para evitar la privatización de la "Micaela Aramburu".




   En la  reunión con usted,  apenas  trató la posibilidad de que se construyera una residencia pública de mayores en los terrenos cedidos por la congregación de San Vicente de Paúl  al Ayuntamiento presidido por Martínez, a cambio de algunas concesiones a la entidad religiosa.



Junto a otras observaciones de mis compañeros de mesa, le planteé; Sr. Alcalde, la urgencia de  atender estas necesidades que tienen los mayores de la ciudad que gobierna. Sobre todo, las del alojamiento de los más vulnerables, y que son ahora, como en tiempos de Teófila Martínez, la construcción, al menos, de una residencia pública y la concertación de noventa plazas a fin de paliar provisionalmente la escasez de plazas públicas. Le referí que debía aprovechar que su partido gobierna en la Junta para reclamar su actuación en este asunto.



 Recuerde que  declaró ser una persona de inquietudes sociales, e, incluso, nos llegó afirmar, dándome la razón, que el problema era verdaderamente importante.

Ha pasado el tiempo, usted sigue informando a los medios sobre los distintos planes que tiene programados. pero de la construcción de una residencia pública de mayores  y del concierto de las noventa plazas absolutamente nada. ¿Tanto cuesta gastar el dinero en inversión social y no tanto en otros menesteres?

Sabrá que la coherencia entre lo que se dice y lo que hace es una actitud que escasea entre los políticos; y las inquietudes sociales de las que nos habló no las está demostrando, al menos, en el caso de las personas mayores, aunque también en la forma tan astuta que tuvo de desalojar, a las cuatro de la madrugada, a las personas sin hogar que se instalaron en las puertas del Ayuntamiento, con el pretexto de realizar la limpieza del lugar.





Creo que la coherencia también le obliga desde el punto de vista de las exigencias del Evangelio, pues es un político que hace manifestación pública de su catolicismo asistiendo como alcalde a actos religiosos y procesiones. El mensaje evangélico pone más el énfasis en los hechos que en las palabras, porque aquellos sin son buenos dan vida a las personas, y, como dice el refrán: "Las palabras se las lleva el viento".

Por tanto, le pido que se deje llevar por sus preocupaciones sociales y haga todo lo posible por responder a las necesidades de nuestros mayores, y de paso dé también solución a los graves problemas que afectan a las personas que duermen en la calle.



 Sé que todo lo que le pido no es fácil de resolver, sin embargo, he aquí una pregunta obligada: ¿De qué nos vale tener una ciudad con una excesiva carga hotelera y bellamente iluminada en las fiestas, si las personas mayores en situación precaria y vulnerable son obligadas a marcharse de Cádiz como apestadas, y nuestras calles son dormitorios de quienes no tienen un lugar confortable donde reclinar sus cabezas? Piénselo, Sr. Alcalde.

Atentamente,

Francisco González Álvarez.

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